Adiós, Ingmar Bergman

Allá en Suecia había un hombre que se enamoró de una linterna mágica y de los escenarios del teatro. Se empapó de Ibsen y Strindberg. Y vomitó un cine complicado a la par que sencillo. Un cine tranquilo y volcánico. Él amó a las mujeres y se vio profundamente marcado por su estricto padre luterano… 

Nos ha dejado, dicen sus personas cercanas que ha muerto tranquilo…, que era un hombre mayor…, que ha muerto en su cama. Ese hombre que temía desde siempre la llegada de la muerte…, nos deja apaciblemente.Reconozco que he visto muy pocas películas de un director prolífico pero las que he visto me dejaron algo en el alma y memoria. 

Una de las películas del director sueco que más me impresionó y que guardo en mi cabeza es El manantial de la doncella. Los rostros de los malvados, la inocencia de la joven y rubia doncella, la crueldad, el dolor de los padres, la venganza… 

Otra que me hizo pensar una y otra vez fue Fresas salvajes y la historia de ese hombre solitario que recuerda el pasado. Que ya anciano hace un repaso de su vida y sus recuerdos. De sus errores, de los amores pasados… 

Siempre que veo El séptimo sello me sumerjo en esa fábula sobre la muerte y partida de ajedrez con tiempo contado. La Edad Media, la peste negra, las cruzadas, las preguntas sin respuesta… 

Luego, tengo recuerdos escasos de Fanny y Alexander, una película evocadora, de recuerdos, de una familia, de un padrastro que cambia la vida de dos hermanos… 

También, me viene a la cabeza dos mujeres, una de ellas no habla, la otra, sí (¿no vemos aquí ecos de Strindberg?). Una actriz en silencio y una mujer que la cuida que rasga el silencio… Dos de sus musas, Liv Ullman y Bibi Andersson, se apoderan de las imágenes. Persona, inquieta. 

Este post no es un gran homenaje, es una puerta abierta a adentrarse en la filmografía de un hombre que nos ha dejado pero que ha legado una larga obra…, y que aún hoy sigue influyendo. Y sobre todo lega una obra que espera ser una y otra vez descubierta. 

Ecos en sus musas o en directores como Billie August. Me viene a la cabeza Las mejores intenciones. Una bella película del director de Pelle, el conquistador y escrita por Bergman. Una historia autobiográfica donde el director trata de entender la historia de amor de sus padres. 

También, sigue su estela su musa y una de las mujeres a las que amó, Liv Ullman. Sus películas como directora surgen de vivencias, escritos y sentimientos que tienen como protagonista al cineasta sueco (Infiel o Confesiones privadas). Además, fue la protagonista del testamento cinematográfico de Bergman en el 2003, Saraband. 

Y, no olvidemos, nombrar a Woody Allen, que siempre ha hablado sobre su admiración por Bergman y ha reconocido su influencia en varias de sus películas. El cómico con intelecto rescata su amor al cine y al cineasta sueco y nos regala una y otra vez homenajes a Bergman en muchas de sus películas. No dejaría de ser un estudio interesante, analizar el rastro del director, que se nos ha ido, en la filmografía de Allen. 

Así que este post no es una despedida sino una invitación a descubrir a Bergman porque así siempre estará vivo. Algo que sin duda le hizo irse más tranquilo. Mientras su obra siga, él estará en tierra. ¿Lo sabía?

Diccionario cinematográfico (29)

Valmont: Querido vizconde: me habéis dejado sola con mis juegos y mis cartas. Sin duda siempre me consideré afortunada por ser una mujer libre en esta sociedad hipócrita. Me encantaba nuestra forma de amarnos y odiarnos. Nuestra guerra era el motor de mi vida. Me gustaba ser mala y maquinar mil y una historia con toda la gente que despreciábamos…, y sobre todo adoraba ser tu mejor compañera de juegos. Yo luche siempre por conquistar mi parcela de poder como mujer y luego lo compartí contigo. Pero mi adorado Valmont me abandonaste en el juego de la vida, y eso en el momento no te lo pude perdonar. Porque yo siempre te amé a mi manera…, ahora es triste descubrir que sólo era libre a tu lado…, cuando tú seguías o destruías mis reglas. Estoy frente al espejo, como mujer vencida, ya nada tiene sentido…, porque aunque siempre lo escondí amaba tu forma de ser. Amaba tu seducción. Y nunca tuve problema con todas tus historias, pensamientos y amantes porque sabía que yo era la favorita. Nuestro intelecto fue lo que nos mantuvo unidos. Una vez nos rompimos el corazón ambos pero siempre quedó algo… 

Mi alma se quebró cuando vi en tus ojos un amor sincero hacia Madame de Tourvel. Yo creo que lo que viste fue algo opuesto a nosotros y eso te atrajo. De pronto, te cansaste de jugar. Y eso, mi querido Valmont, ha sido nuestra destrucción. Te cansaste tanto que preferiste morir…, de pronto, la vida se te hizo cuesta abajo. Sabías que quedaba poco tiempo para seguir con nuestros juegos. Y, te dejaste vencer por un inútil maestro de música. Pudiste avisarme.  Ahora, sólo me queda vejez y soledad. No encontraré otro compañero de juegos como tú. Ya te encargaste de ello, antes de marcharte y dejarme en la soledad más absoluta. Pero no importa, sé que te he querido y te quiero. Y espero pronto reunirme contigo y acabar nuestra batalla campal. Nuestro juego de libertad. Importándonos muy poco los demás. El otro día volví a visitar tu tumba…, y me senté. A esperar. Quería sentir tu sonrisa pérfida. Tu risa. Quería que me sedujeras. Estaba loca por plantearte una apuesta y que tú me replicaras… Pero estás muerto. Me dejaste. Te fuiste. Y cada vez lo soporto menos. 

Tuya, tu compañera de juegos eternos

La Condesa de Merteuil

Un pequeño apunte 

Ésta es una carta imaginaria de la Condesa de Merteuil. Su última carta. Primero, tuvo el rostro de Glenn Close y después el de Annette Bening. En la sala oscura, me impactaron tanto la condesa como su compañero Valmont. Pronto, quise leer la novela original. Y me quedé atrapada para siempre en sus garras.

Si podéis leer la novela os meteréis en una historia fuerte y potente. Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos presenta una correspondencia de lujo entre varios personajes y nos introducen en un mundo de seducción, sensualidad, sometimiento y libertad (sí, sí habéis leído bien), además, el autor crea a dos personajes inolvidables. Recomiendo fervientemente la visión de dos películas: Las amistades peligrosas de Stephen Frears y Valmont de Milos Forman. Ambas películas se estrenaron a finales de los años ochenta. La película de Frears deja un retrato inolvidable de los dos protagonistas con los rostros de Glenn Close y John Malkovich y eso hizo que Valmont pasara más desapercibida a pesar del magnífico trabajo de Colin Firth y Annette Bening. Pero las dos muestran puntos de vista e interpretaciones muy interesantes de la obra original.

Diccionario cinematográfico (28)

Palabra: y la palabra… A través de una cadena de palabras podemos hablar, escribir novelas, cuentos, obras de teatro, cartas, mails y guiones. Muchas veces me pregunto, ¿las palabras pueden dar vida?, ¿las palabras pueden matar?…, las palabras dan sentido a toda una vida…, incluso aquéllas que nunca se dicen como canta una hermosa Isabelle Huppert en Ocho mujeres.

Las palabras que nunca te dije cobran un valor infinito y crean historias intimistas…, preciosas, inalcanzables…

Las palabras que nunca se dicen al ser amado y a veces ya es demasiado tarde (La vida).

Esas palabras que dan miedo y te rompen por dentro…, hasta que encuentras a la persona que escucha (La vida secreta de las palabras).

Esas palabras que se esconden y surgen cuando menos te lo esperas…, y dan dolor y melancolía (Los muertos).

Esas palabras y sentimientos que se esconden y no se dicen por miedo…, te van minando el corazón y el alma…, y cuando estallan puede ser un comienzo… o un final anunciado (Las horas).

Las palabras que nunca te dije…, se guardan en el corazón, y esperan el momento de salir. Tal vez, nunca.

Crítica Odette, una comedia sobre la felicidad

Al ritmo de las canciones de Josephine Baker, Odette (Catherine Frot) encandila al espectador. Érase una vez una viuda cuarentona que trabaja en una sección de cosméticos de unos grandes almacenes y encuentra sentido a su vida en las páginas del escritor de best sellers, Bathazar Balsan (Albert Dupontel). De manera sencilla, Odette se crea una realidad paralela donde su vida gris se convierte en felicidad absoluta. Disfruta de las pequeñas cosas, y esta viuda de corazón de oro convierte su hogar con un hijo homosexual encantador y una hija depresiva, en un pequeño paraíso personal. Odette quiere ser feliz y disfruta de las pequeñas cosas que le ofrece la vida. 

Baltasar Balsan tiene la autoestima por los suelos. No se siente un buen escritor. Y todo por lo que ha luchado en la vida no le hace feliz. Se siente vacío. Tiene fama, dinero, amantes hermosas, una mujer interesante, un hijo al que adora, una casa moderna…, todo lo que se puede desear. Pero no encuentra la felicidad. 

Una carta cambiará la vida de Odette y Bathazar. La lectora empedernida escribe una carta a su escritor favorito desde lo más hondo del corazón. Odette no está enamorada de Balsan, Odette lo quiere. Dos personas que jamás se encontrarían…, se unen en la búsqueda de algo tan sencillo y complicado como es la felicidad. 

Ambos no saben lo cerca que se encuentran de conseguirlo. Sólo hace falta el mar y la luna. 

El guionista Eric Emmanuel Schmitt ofrece en su primer largometraje un cuento sensible con un personaje de oro…, la felicidad la buscamos todos y a veces está donde menos te lo esperas. Quizá, sólo se necesita a alguien a tu lado que en los momentos de crisis o miedo, te diga al oído, dándote la mano: tranquila, Odette, tranquila.

Norma Desmond baja las escaleras

Y Billy Wilder que está en los cielos y nos dejó su legado en tierra, nos llevó al crepúsculo de los dioses del celuloide en una de sus películas más ácidas y tremendas sobre el séptimo arte. Ahí está presente el bueno de Buster Keaton (que casualidades de la vida hablé de él en el post anterior y es que una cosa lleva a la otra…, hasta el infinito)  para recordarnos que el pasado existe.

Wilder rescata también del cine mudo a un glamurosa Gloria Swanson y a un misterioso Erich von Stroheim (y es que el austriaco domina el cine silente…, ¿quién no recuerda la unión de estos dos rostros en los años 20 en ese ejercicio inacabado pero insinuado que fue La reina Kelly? Wilder lo sabe y proyecta…).

El crepúsculo de los dioses (1950) es una historia de decadencias. Una vieja diva anclada en el tiempo que no quiere ver su derrota; un joven y atlético guionista (William Holden) que empieza a sentir que su vida es un continuo tobogán que lo lleva a lo más hondo…, y una enorme mansión que se cae a pedazos de pasado.

El crepúsculo es una de las historias más tristes entre una diva ajada y un gigoló venido a menos. Triste, triste, triste…, como diría la gran Martha de Albee. Ella fue una gloria grande que no quiere olvido, él un joven que ve que se hace mayor y sin sus sueños cumplidos.

Hay momentos de gran belleza. Porque la gran diva, cuando logra alejar la locura, logra momentos de seducción sublime. ¿No es absolutamente encantadora cuando imita, ¡y cómo lo imita!, al gran Charlot?

La secuencia: es una película llena de secuencias y escenas inolvidables…, pero atrapa con fuerza el final de la gran Norma Desmond. No quiero descifrar nada de la historia por si hubiera algún lector que todavía no hubiera visto esta joya cinematográfica. Pero puedo describir la fuerza de una mujer ya totalmente atrapada por el pasado, una mujer que ya no distingue entre la realidad y la ficción…, una mujer que siempre se siente estrella ante cualquier tipo de cámara o foco…, Norma Desmond camina hacia su destrucción pero sin perder ni un ápice de su carácter de diva. Arreglada, ataviada, maquillada, como una gran estrella del cine mudo, baja unas escaleras, lenta y solemnemente dando una patada a una realidad que la destruye…, y hundiéndose para siempre en el dulce celuloide y gloria del pasado.

Film de Samuel Beckett

Ha caído de nuevo en mis manos un libro extraño y curioso. Film es la única incursión del dramaturgo Samuel Beckett en el cine. El autor escribió un extraño guión en 1963. Film es un cortometraje mudo y la estrella ni más ni menos que uno de los genios y magos del cine silente: Buster Keaton. 

Un trabajo lleno de curiosidades y anécdotas que supuso el primer y único viaje de Beckett a Estados Unidos durante el rodaje de la obra en 1964. El libro es una pequeña joya donde se puede disfrutar de un prólogo de Jenaro Talens donde entre otras cosas nos explica los puntos de contacto entre el dramaturgo y el actor silente, el propio guión que realizó Samuel Beckett del cortometraje, un valioso y ameno texto repleto de experiencias e historias sobre el rodaje del director del corto: Alan Schneider y, por último, una serie de fotografías que documentan este desconocido proyecto. 

Me quedo con dos fotografías. Una de un anciano Buster Keaton que tiene entre sus brazos a uno de los protagonistas de la película, un gato. Y otra imagen del rodaje donde se ven juntos a Keaton y Beckett en el plató. 

No sé si alguna vez lograré ver Film pero casi ha pasado por mis ojos con la lectura de este libro. Genial la anécdota del encuentro surrealista y lleno de silencios entre dos genios que no tuvieron nada que decirse. 

Y muy dentro de mí, se queda la descripción de un anciano profesional Buster Keaton, que con toda sinceridad se mete de lleno en el proyecto porque necesita el dinero…, pero que trabaja como el que más y aunque en un principio no llega a entender qué es exactamente lo que quieren transmitir ese grupo de intelectuales…, termina empapándose y emocionándose con su nueva película. En silencio, como siempre. Muy dentro de mí, esa imagen de Buster con un gato anclado en su época gloriosa, 1927, pero con toda dignidad. Lo dice su mirada. 

(Film de Samuel Beckett, Tusquets Editores, Fábula, Barcelona, 2001)

Diccionario cinematográfico (27)

Desnudo: ¿será un cuerpo sin ropas?¿o un cuerpo insinuado?¿será la pasión o el deseo? ¿qué es más erótico o provocativo: el 100 por cien de un Aquiles desnudo en un Troya marketing (no sé donde estudiaron mitología –¡¡¡ah, si los dioses levantaran la cabeza y vieran en qué se convirtieron sus gestas!!!– pero yo me lo pasé en grande con el talón del más bello mega rubio y sufrí como nadie con el bello Héctor –por cierto, moreno–)?¿o las gafas en forma de corazón de lolita?¿Quién está más desnuda: una Barbara Stanwyck que baja las escaleras y deja ver su sensual tobillera para llevar a la perdición al hombre amado o una Maribel Verdú que a golpe de guión enseñaba su cuerpo en los ochenta, en los noventa…?¿Qué te deja sin habla: Marlon Brando quitándose la camiseta o poniéndose una nueva, allá, en un tranvía llamado deseo o un Javier Bardem jamonero?¿Qué es la desnudez?¿hay cuerpos desnudos o rostros desnudos?…

¿Sirve el cine para transformar la realidad?

Como os comenté hace unos días, este mes de julio se está celebrando en La Casa Encendida, el ciclo Cine y participación social. Un proyecto al que estoy bastante vinculada. 

El jueves pasado se proyectó Mi nombre es Joe de Ken Loach y estuvieron presentes en un interesante coloquio posterior el director y productor Gerardo Herrero y el director técnico de la Fundación Ayuda contra la Drogadicción, Eusebio Megías. Ambos enriquecieron el diálogo con sus intervenciones y puntos de vista.  Un espectador lanzó una pregunta interesante, si realmente este tipo de cine (un cine militante y de denuncia como el del director británico u otros directores como Tavernier o los hermanos Dardenne) puede cambiar una situación o si realmente sirve para algo. 

Los dos ponentes plantearon que, quizá, no sirva para cambiar el mundo o transformar pero el cine sí puede ser un instrumento que empuje a la reflexión y al debate. El cine puede servir para exponer una cuestión y a partir de ahí poder hablar. Siempre ha existido un cine que hace pensar. 

La pregunta tiene varias respuestas. La verdad es que día a día, trato de realizar declaraciones de amor al séptimo arte. Y, esta pregunta me ha hecho pensar y mucho. Y, volver de nuevo, a amar el cine.  Desde luego una película quizá no cuente con el poder suficiente como para cambiar una situación injusta. Pero sí puede abrir los ojos del espectador a otras visiones y puntos de vista de la realidad.  Además, el cine, se convierte en una fuente de conocimiento importante…, según va pasando el tiempo. En una fuente que será útil para historiadores y sociólogos. ¿Cómo ilustrar esta afirmación? Voy a exponer breves ejemplos: El conocimiento nos hará más libres. Durante años contábamos con las obras literarias para llegar a entender una época. Para conocer y captar ambientes de otros tiempos. Para saber cómo funcionaban las sociedades, las costumbres, para entender cómo se comportaban los hombres, para acercarnos a las formas de pensamiento, al funcionamiento político y social de lugares determinados…, etcétera. Ahora, también contamos con las imágenes cinematográficas. 

Si queremos acercarnos a cómo eran los albergues alemanes de personas sin hogar en Alemania durante la república de Weimar, contamos con una joya del cine como M, el asesino de Dusseldorf.

Si queremos entender la filosofía del New Deal y cómo estaba en aquellos momentos críticos la sociedad norteamericana, contamos con una gran obra de Frank Capra que expone un montón de puntos y ofrece un retrato de la sociedad en esos momentos genial: Juan Nadie.

El gran John Ford, no sólo dirigió alguno de los mejores westerns de la historia del cine. Durante los años 30 y 40 desarrolló valiosas películas de cine social. Una de ellas fue una magnífica adaptación de Las uvas de la ira (1940). El valor de esta película es enorme porque es una adaptación casi contemporánea con la novela. Y, Steinbeck realizó un estudio magistral de las consecuencias del crack del 29 y cómo afectó a los más desfavorecidos. Ford lo puso en imágenes.  Para entender el impacto de esta producción en el momento y su valor hoy, leamos parte de un artículo que escribió Pare Lorentz (artículo rescatado en el número 26 de la revista Nickel odeon en el monográfico dedicado a John Ford) cuando se estrenó la película.Las uvas de la ira es la primera película hecha en Hollywood, desde1929, que ha tratado un problema social del momento, y conservó fielmente el propósito de un autor que conmocionó al país. Reprodujo la sangrienta violencia que acompañó una catástrofe económica –una violencia de la que ha informado la prensa desde muchas partes del país, además de California pero nunca el cine–, una película que cuenta la historia de una trágica migración americana hacia la esclavitud. Es toda una película”. 

Si dentro de unos años nos adentramos en películas como Riff-Raff, El odio, La vida soñada por los ángeles, En este mundo, Los lunes al sol, Lamerica y tantas otras…, tendremos ante nuestros ojos una radiografía intensa sobre la historia social del siglo XX y XXI y podremos contar con un montón de claves para entender el momento. Y, ahora, estas películas ponen frente al espectador un punto de vista y una manera de abrir los ojos hacía una realidad que está ahí. Películas que lanzan cuestiones, que dan visiones, que lanzan reflexiones…, y tras la reflexión, algún espectador puede indagar más y después… entrar en acción para transformar la realidad. 

¿El cine puede transformar la realidad? Quizá de manera inmediata, no…, pero es un camino para la reflexión y el pensamiento. Una fuente de conocimiento. Una puerta abierta para la acción futura. 

Diccionario cinematográfico (26)

Carta: hoja de papel en desuso…, los mails son el futuro. Hoja de papel donde una persona escribe a otra en la distancia y espera respuesta. Correspondencia, cartas entre dos o más personas. A veces, hay vidas que pueden narrarse a través de cartas mandadas a lo largo de los años. No olvidemos las cartas venenosas, de camaradería, de hipocresía, de sentimientos verdaderos que conforman Las amistades peligrosas o Valmont (no dejéis de leer esta fantástica novela de Choderlos de Laclos).Las cartas son portadoras de buenas y malas noticias. Una carta cambia toda una vida. Como Carta de una desconocida. Una carta puede condenar a una Bette Davis de ojos enormes que oculta una verdad. Una carta puede ser una declaración de amor sencilla y tardía como la de Los amantes de la noche. En una carta, puede encontrarse una clave, que se lo pregunten a Audrey Hepburn en un París romántico… Sólo hace falta echar un vistazo a Charada.Las cartas cuentan a los seres queridos un viaje y una transformación. De nuevo, nos encontramos con Audrey en Sabrina. O a los protagonistas de Centauros del desierto que cuentan su búsqueda de Debbie a sus familiares y amigos más cercanos.Las cartas que se escriben uno a otro sirven para que dos personas diferentes se amen locamente.  Ya lo saben James Stewart y Margaret Sullavan, en esa joya que se llama El bazar de las sorpresas. Un romance a la carta.Una carta puede ser el aprendizaje de un hombre que se siente perdido porque no sabe leer en Cartas a Iris.En el cine bélico, las cartas suenan a despedida. El soldado se aferra al papel y escribe todo lo que no ha podido decir en vida…, a la amada, a la familia, a los amigos…Amelié reconstruye una carta…, que llega tardíamente, pero que asegura a su vecina que su marido la amaba.

Todos alguna vez queremos recibir una carta que podamos guardar para siempre. Una carta que nos sepamos de memoria como Billy Elliot se sabe la carta que le escribió su madre muerta. Una carta que sea recuerdo y memoria.

Crítica Suspiros del corazón

¿Qué es Suspiros del corazón? ¿Una revista de fotonovela, un best seller de éxito, la ensoñación de un escritor o lo que todos escondemos en lo más íntimo del alma? 

¿Qué es Suspiros del corazón?¿Una historia del siglo XXI, la transformación del joven empresario Fernando Valbuena de Montijos, una isla de ideales y ficciones que navega por el mundo, un ideario de utopías, un lugar oculto de libertad que sobrevive en todos los tiempos…? 

¿Qué es Suspiros del corazón? ¿Una obra del destino, un horóscopo perdido, la sabiduría de tres ancianos, una historia de amor de las de siempre, un canto a la cultura para todos, una crítica a un mundo deshumanizado donde sólo importa el dinero y la imagen… donde se olvidan las pequeñas cosas? 

Suspiros del corazón es un regalo del director argentino Enrique Gabriel que consigue una hora y media de sonrisa. El espectador vuela a un mundo donde toma sentido una máquina Olivetti, una vieja cámara fotográfica, una imprenta de las de siempre, una comida con tertulia, un proyecto de llevar la cultura a todas partes, de transformar la imagen en palabra… ¿Cómo no caer rendido ante una representación fotográfica descabellada y encantadora de la gran novela de Leon Tolstoi, Ana Karenina?¿Cómo no reír ante la discusión genial entre el italiano El Tano y el republicano Manolo sobre quién fue dictador más terrible, si Francisco Franco o Benito Mussolini? ¿Por qué no creer en la historia de amor entre el rico empresario y la maestra con ideales?¿Cómo no enternecerse ante las palabras del anciano tío Sammy…, (no se puede jugar con los sentimientos de las personas, no se puede ir rompiendo almas, a veces es bueno aferrarse a un mundo de ideales para siempre ir tras él)?¿Cómo no creer con tales personajes qué el mundo puede cambiar?¿Cómo no creer que todavía hay personas que realizan actos sin fines económicos,  que sólo piensan en fines sociales? 

Como dice la joven Fraty, ella ha pedido enseñar en cierta zona de Argentina, no por conseguir más sueldo sino porque allí es más necesaria. Como dice Manolo, no hacen fotonovelas –emulando aquellas publicaciones italianas que animaron los años de posguerra con los rostros de la Loren u otros actores– por obtener beneficios sino por hacer llegar la cultura a todo el mundo. Los tres abuelos siempre están dispuestos a cambiar el mundo y llevar la cultura a todos los rincones si no es a través de una revista…, recogen todos sus bártulos, y se van con todos sus valores y toda su cultura, en una camioneta a llevar el teatro a los sitios más recónditos. Siempre con la esperanza de transformar, de hacer un mundo más amable…, y en su camino todos estos personajes se llevan al joven y ambicioso empresario. 

Suspiros de corazón está llena de personajes que no mienten, que los conoces, que sabes cómo son, que no traicionan…, ya nos lo dice la joven Fraty que vive junto a los personajes de las novelas, que nunca la romperán el corazón. 

Si quieres una tarde de utopías, de ideales, de otro mundo es posible…, acércate a los cine Verdi de Madrid y Barcelona… y tal vez tengas al salir de la proyección Suspiros de corazón.