El año más violento (A most violent year, 2014) de J.C. Chandor

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El matrimonio Morales regresa a casa en coche después de una cena con unos banqueros y se cruza en su camino de forma violenta un ciervo que queda moribundo en la carretera. Los dos tienen claro que hay que matarlo para evitar su sufrimiento. Ahí, en esa escena, se ve claramente la manera de actuar de cada uno. Él pensándose mucho el camino más correcto a seguir para conseguir un objetivo concreto y ella siguiendo el camino más rápido y directo aunque haya que infringir las normas… para alcanzar el mismo objetivo que su marido. Él es un inmigrante en Nueva York que busca prosperar en el competitivo mercado del fuel pero siempre buscando la legalidad, ella quiere prosperar como su marido pero su padre y hermano son unos mafiosos de Brooklyn y tiene otra manera de ver el asunto.

El año más violento es una película incómoda porque el matrimonio protagonista es incómodo. Chandor (tercer largometraje desde Margin call y Cuando todo está perdido) presenta un Nueva York frío, desangelado y oscuro donde campa la violencia y la corrupción en un capitalismo salvaje y depredador que no permite otro camino, que enriquece a unos (aunque el personaje de Isaac quiera ir de legal, tiene claro dónde quiere llegar, es ambicioso y competitivo y no duda en llevarse por delante a sus competidores…, lobo con piel de cordero) y oprime a otros, los trabajadores, cuyas vidas terminan en tragedia. El año en el cual transcurre la odisea del matrimonio Morales (cuando se encuentran en el momento más vulnerable pero a la vez a punto de hacerse con el imperio del fuel) es el 1981, el año más violento de Nueva York.

El cine americano últimamente está realizando películas con reflexiones morales y filosóficas sobre un capitalismo salvaje que deshumaniza y deja en el camino la tragedia, la ruptura del sueño americano y la vuelta a un cine negro distante y frío que golpea al espectador y le incomoda. Así El año más violento puede ser la raíz de otras reflexiones de otros directores contemporáneos que realizan sus películas en EEUU como James Gray, Andrew Dominik (Mátalos suavemente) o una denostada injustamente y extraña película de Ridley Scott, El consejero.

Chandor logra imprimir una atmósfera que va envolviendo lo que quiere contar con un ritmo lento pero efectivo. Poco a poco va soltando la madeja y la información va filtrándose despacio desnudando tanto a los personajes como el ambiente corrupto y sin salida que les rodea. La complejidad del matrimonio Morales atrapa en una trama negra que huele a desencanto y violencia que se contiene y explota en cada momento. Todo con sutileza. La tragedia está a la vuelta de la esquina porque la corrupción termina perjudicando siempre al más vulnerable e indefenso, los otros siguen tejiendo redes (por mucho que quieran revestirlo de legalidad… es muy frágil la línea entre infringir o no las normas para enriquecerse) para conformar un capitalismo salvaje donde lo que menos importa son las personas.

Oscar Isaac y Jessica Chastain crean un matrimonio incómodo que termina haciendo temblar por la naturalidad con la que se mueven en una atmósfera enrarecida de violencia, corrupción e intereses creados. Él tiene claro que no quiere fracasar, y ella nunca dejará que la expulsen al lodo.

El año más violento es puro cine negro con mucha reflexión moral y filosófica rodeado de tragedia y pesimismo hacia un sistema económico que crea abismos de injusticias.

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