Una escena para recordar. El fantasma y la señora Muir (The ghost and mrs Muir, 1947) de Joseph L. Mankiewicz

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Hay películas que por una sola escena nunca caen en olvido. Y así ocurre con El fantasma y la señora Muir. Película sutil, elegante y delicada (y estos adjetivos son ciertos y están bien reflejados) donde lo fantástico forma parte de lo cotidiano proporcionando una reflexión sobre la soledad, el amor y la muerte.

… Si me dijeran que sólo me puedo quedar con un recuerdo de esta película y que lo demás no podré recuperarlo jamás, quizá tomaría la siguiente decisión: pedir que no me borraran de la memoria la despedida del fantasma, el capitán Gregg (Rex Harrison), de la señora Muir (Gene Tierney).

Esa despedida transcurre mientras ella duerme en su cama, en la habitación que ocupó el capitán. El fantasma, que se ha enamorado de la señora Muir como esta de él, es consciente de que es un amor imposible y no quiere que Lucy, su amada, renuncie a las cosas que le ofrece la vida… entre ellas enamorarse de otros hombres de carne y hueso.

Ella está dormida y tremendamente hermosa. Y él cerca de su rostro como si estuviera a punto siempre de darla un beso… le susurra que su relación hasta ahora se convertirá tan solo en un sueño. El fantasma decide, de momento, retirarse de escena… El capitán se convertirá en imagen soñada.

Después se dirige a la ventana. Esa ventana siempre con el catalejo listo para ver el mar. Y antes de desaparecer mientras sigue mirando a Lucy declara su amor de forma breve pero intensa. En unas palabras encierra todo lo que significa un amor imposible…

“Cómo te habría encantado, el Cabo Norte… los fiordos y el sol de medianoche.
Navegar entre los arrecifes en Barbados donde el agua azul se torna verde.
¡A las Malvinas, donde los vientos del sur cubren de espuma el mar!
Lo que nos hemos perdido, Lucy.
Lo que nos hemos perdido los dos.
Adiós… querida mía”.

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

18 comentarios en “Una escena para recordar. El fantasma y la señora Muir (The ghost and mrs Muir, 1947) de Joseph L. Mankiewicz

  1. Es una película que tiene una magia imperecedera,quizá por todos sus componentes. Creo que junto a El retrato de Jennie, dirigida por William Dieterle y protagonizada por Jennifer Jones, Joseph Cotten, son dos películas perfectas que dan una gran lección de lo que es el misterio,la magia y la poesía. Uno lo quiere todo, es decir, me gustaría ser un pintor y tener esa clase de experiencia y llegar hasta el faro del fin del mundo, o ser ese fantasma bondadoso y paciente porque sabe que tiene toda una eternidad bajo el murmullo de las olas.

    Besos desde el otro mundo

  2. Querido Marcos… creo que has empleado la palabra mágica: es un relato cinematográfico maravilloso. Y tiene un montón de escenas imborrables pero me decanté por esa.

    Sí, Gene Tierney está bellísima desde que aparece como viuda negra hasta que va cambiando poco a poco su vestuario hasta que lleva un vestido absolutamente blanco en un momento en que se siente amada y deseada…

    Besos
    Hildy

  3. Mi querido Francisco… magia, misterio y poesía… otros sustantivos que acompañan a El fantasma y la señora Muir.

    Siempre pienso, cuando veo esta película, que no dejaría de ser bonito saber que siempre te acompaña un fantasma enamorado (y divertido así como buen conversador) que velará porque nada malo te ocurra mientras vivas.

    Besos mágicos y a la vez misteriosos tras la puerta
    Hildy

  4. … Un maremoto emocional, sí, mi querido Alfredo.
    Y una buena forma de introducir la fantasía en lo cotidiano de la manera más natural.

    Rex Harrison crea un fantasma increíble. Pues nos pasa como a la protagonista…, lo vemos al principio como un fantasma engreído y malhumorado hasta transformarse en el fantasma más atractivo que nunca hayamos visto. Y tiene una química fuera de dudas con la señora Muir… desde el primer encuentro, y la primera discusión…

    Besos de mar
    Hildy

  5. Muy adecuado recuperar esa escena que marca la delicadeza y la elegancia de toda la película. Excelente esa pasusada e irrestible atracción que se produce entre ellos. La señora es mucha señora. Y el director tomando el pulso a la escena mucho director…
    Abres el apetito cinéfilo Hildy…Un abrazo

  6. Hablando de apetito, mi querido Victor, un buen menú cinéfilo de amores más allá de la muerte puede ser el siguiente:

    Primer plato, El fantasma y la señora Muir.
    Segundo plato, Jennie, como recomendaba Francisco.
    Postre, Sueño de amor eterno.
    Y café, A vida o muerte.

    Qué buenos sabores… condimentados por cocineros estrella: Mankiewicz, Dieterle, Hathaway y Michael Powell junto a Emeric Pressburger.

    Un beso
    Hildy

  7. Hola Hildy! Que agrado leer tu reseña de esta película. Para mí también es hermosa la escena final, con esa cara de ternura que la «nuevamente» joven Sra. Muir a su compañera de toda la vida…

    Un abrazo!
    Orlando.

  8. ¡Orlando, qué bueno leerte de nuevo!
    Y sí, la escena final es maravillosa. La relación entre la señora Muir y Martha, su amiga fiel e inseparable, es uno de los puntos fuertes de la película. El personaje de Martha es precioso y siempre nos queda la duda de si realmente ella sabe (como la hija) de la existencia del capitán. Yo creo que sí lo sabe.

    Y esa mirada que cuentas no tiene desperdicio… más cuando sabes que un momento antes habían tenido una pequeña discusión por un vaso de leche… pues Martha está muy preocupada por la salud de la señora Muir.

    Besos
    Hildy

  9. Una escena absolutamente memorable, que sintetiza la elegancia, la inteligencia y la sensibilidad que desprende la realización de Mankiewicz.
    En cuanto al menú de amores imposibles que propones, pediría, si es posible, un pequeño cambio. El primer y segundo plato me parecen perfectos, pero para postre me apetece más «Breve encuentro» y para los cafés «Carta de una desconocida».
    Un fuerte abrazo.

  10. Me encantan, amigo Antonio, las películas que propones para un menú de amores imposibles. Las apunto también. En la variedad de menús está toda la riqueza.
    Y sí la escena auna elegancia, inteligencia y sensibilidad. Buenos adjetivos para realizar una película.

    Besos
    Hildy

  11. Una de mis películas favoritas. Ya sabes, Cabo Norte, los fiordos, el sol de medianoche….
    Según Gilda y yo, Los Andes siempre han estado en Noruega

  12. No sé qué es lo que más me emociona de esta película, si ese plano que tú has elegido con acierto – que es mi favorito (sí, lo sé, soy muy poco original) -, la declaración de un más que atractivo Rex Harrison a su amada mientras duerme, la angelical Gene Tierney, los últimos 10 minutos de película o la delicadeza y romanticismo que desprende. Supongo que es la suma de todo. Y, sin embargo, la película acaba por tocar tierra con el canallesco personaje de George Sanders, necesario para no endulzar un film que podía ir encaminado hacia ello.
    No es mi preferida de Mankiewicz pero me gusta un montón. Es mucho más que un romance, más que una película con fantasma y en absoluto una comedia, pese a su primera parte irónica-cómica. Es una película de fe, sobre la necesidad de creer en una vida en el más allá y de que el amor prevalezca en un plano espiritual, que es lo que lo hace puro e incorruptible, por la falta de consumación. En realidad, es la materialización de un sentimiento en sí imposible de materializarse y esto lo que lo hace precisamente puro y bello.

    Abrazos!!

  13. Imperdonable, se me olvidaba mencionar otra cosa que me emociona enormemente de esta película y es, cómo no, la magistral banda sonora del grandísimo Bernard Hermann. Cuánta sensibilidad encierra esa partitura…

  14. Qué alegría leerte, querida Isis. Qué bien has rescatado en tu comentario la esencia de esta película. Y tienes razón, cuánta sensibilidad guarda la partitura de esta película. El fantasma y la señora Muir siempre causa una emoción difícil de describir en cada visionado.

    Beso
    Hildy

  15. Muy buena película, con una magia especial y gran sabiduría de la vida.

  16. Bienvenido, Luis
    La has definido muy bien es una película mágica y sabia.
    Y solo por esa despedida tan especial forma parte de esas películas que personalmente no olvido.

    Beso
    Hildy

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