María Candelaria (Xochimilco, 1944) de Emilio Fernández

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Continuo indagando muy poco a poco en la cinematografía mexicana y le ha tocado el turno a todo un clásico de la época de oro del cine mexicano, María Candelaria. Era la segunda vez que se reunía un equipo que ‘definiría’ este periodo. El director Emilio El Indio Fernández, el director de fotografía Gabriel Figueroa, el guionista Mauricio Magdaleno y la pareja de actores Dolores del Río y Pedro Armendáriz. Todos se unen para crear una hermosa película que cuenta la trágica historia de una mujer indígena a principios del siglo XX. La película adquiere tintes de leyenda y presenta la esencia y una simbología determinada de la indígena mexicana: una mujer muy bella pero ultrajada y sometida, de pobreza extrema, que arrastra su sufrimiento pero no pierde su idealismo e inocencia.

El Indio convierte a María Candelaria en una narración oral que cuenta un hombre mexicano culto, un pintor, a una periodista frente al cuadro de una hermosa mujer, una indígena. Así convierte el relato cinematográfico en una leyenda. Reviste la obra de un halo trágico. Melodrama, injusticia social, folklorismo, creencias… en un paraje especial e inconfundible, la zona de Xochimilco con sus barcas y canales. El Indio junto a Gabriel Figueroa alcanzan imágenes bellísimas, depuradas y extremadamente poéticas.

La protagonista es María Candelaria, una indígena rechazada por todos pues es fruto del pecado. Su madre era una prostituta. No vive ni un momento de paz y solo cuenta con el amor de un campesino, Lorenzo Rafael. Cada día de su vida es un problema más, al rechazo hay que unir la pobreza, la injusticia y la enfermedad. Sin embargo, María Candelaria no se rinde y no quiere marcharse de su tierra. Sin embargo los dos amantes tienen un triste destino escrito y ningún momento de paz. Solo cuentan con el apoyo del párroco (que trata de evitar el rechazo de los suyos pero bajo una mirada caritativa y que a veces solo les ofrece la oración como remedio y la iglesia como refugio… no llega a expresar y apoyar una rebeldía en acciones hacia las injusticias que viven) y de un pintor, hombre culto, que está interesado egoístamente en María Candelaria como modelo perfecta para un cuadro (precisamente será el cuadro, la perpetuación de su desgracia -de esos pecados que nunca ha cometido-, el clímax final). En contra, tienen a todos los suyos que son los más intransigentes, al cacique que les oprime por un dinero que le deben (y porque ella nunca se ha entregado a él) y una pobreza de la que no pueden salir. Cuando María Candelaria enferma, Lorenzo, que no consigue que el cacique le facilite las medicinas ni que se olvide de las deudas, entra a robar en su tienda. Se lleva la medicina que cure a su amor y un traje para poder casarse ambos. El drama está servido.

El Indio conforma una leyenda y una imagen del México rural y los indígenas que traspasa fronteras… y llega hasta Cannes para alzarse con la Palma de Oro en 1946. Así la cinematografía mexicana empieza a demostrar al mundo que existe y uno de sus rostros más universales será sin duda Dolores del Río, que ya era toda una leyenda. Pues Dolores primero cimentó su carrera en el Hollywood silente (y primeros años del cine hablado) y después se instaló en la industria cinematográfica mexicana para convertirse junto con María Félix en dos de los rostros mexicanos más universales.

María Candelaria tiene escenas cinematográficamente hermosas: a los primeros planos de una Dolores del Río bellísima (los más recordados son aquellos en los que mira la luna llena), se unen secuencias inolvidables como la primera vez que vemos al pueblo rechazar a la protagonista cuando esta intenta vender flores en su barca y la terminan rodeando o las que transcurren en la celda donde encierran a Lorenzo Rafael (Pedro Armendáriz fue una de las estrellas masculinas más importantes de esta época de oro), que siente en todo momento cómo la desgracia se cierne sobre ellos y ya no hay vuelta atrás. Así como toda la secuencia de la persecución cruel que sufre al final María Candelaria a través del agua y de la tierra, por la noche, bajo la luz de las antorchas.

María Candelaria se une a esa galería de películas que cuentan con el retrato de una mujer, una pintura hermosa… y detrás de ese retrato una historia. En este caso una triste historia…

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4 comentarios en “María Candelaria (Xochimilco, 1944) de Emilio Fernández

  1. No te arrepentirás Hildy de indagar en la filmografía de Emilio Fernández. A mí personalmente me siguen sorprendiendo sus películas por su pureza narrativa, por el fascinante estilo pictórico de Figueroa y, sobre todo, por la honradez y el entusiasmo que traslucen a la hora de testimoniar su lazo a aquel entorno rural y costumbrista. «Maria Candelaria» es probablemente una de las mejores, pero «Flor silvestre», «Bugambilia», «Pueblerina», «La perla» y «Enamorada» son también muy interesantes.
    Un abrazo.

  2. En cambio, yo, para continuar con mi cenizo habitual, suscribo las palabras de Luis Buñuel sobre el cine mexicano en el momento de su llegada al país, sobre su artificiosidad, su falso dramatismo, su tendencia al folletín lacrimógeno y su esteticismo vacío. Sin embargo, en los 50, desde «Los olvidados», y ya para siempre, el cine mexicano (o el argentino) me sigue dando muchas satisfacciones. El anterior, incluso el premiado, me produce horror.
    Besos

  3. Sí, querido Antonio, voy a indagar en la filmografía de Emilio FERNÁNDEZ pues mi primera toma de contacto ha sido muy positiva. Además todo lo que he leído sobre él y su equipo me resulta bastante interesante. María Candelaria es una buena película para analizar. Mil gracias por los títulos recomendados.

    Besos
    Hildy

  4. Pero ¡es que si no no serías tú! y me preocuparía por tu estado de salud, ja, ja, ja…

    Pues la verdad es que no tengo los conocimientos suficientes para darte o no la razón. No he visto mucho cine mexicano anterior a 1950 con lo cual se me hace difícil saber si apoyo al señor Buñuel y a mi querido Alfredo.

    A mí Maria Candelaria me ha soprendido gratísimamente por cómo cuenta esa historia, que efectivamente va por los derroteros del folletín y el melodrama (pero ya sabes lo que me tira a mí el asunto…)pero que hay una mirada cinematográfica muy especial que aporta a la película momentos muy pero que muy bellos. De verdad.

    También decirte que LOS OLVIDADOS como bien sabes, me parece una joya de película… En general la filmografía de Buñuel en México no deja de darme buenas sorpresas.

    Besos
    Hildy

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