La piel dura (L’argent de poche, 1976) de François Truffaut

lapieldura

“Quería deciros que si elegí el oficio de maestro fue porque guardo un mal recuerdo de mi juventud y porque no me gusta la forma en que se trata a los niños. La vida no es fácil, es dura, y es importante que aprendáis a endureceros para que podáis enfrentaros a ella, ojo, endureceros no ser insensibles”. El que habla es el profesor Richet en La piel dura de François Truffaut. Pero no es un profesor heroico. Es un hombre normal y corriente que va todos los días a la escuela de una pequeña población francesa, Thiers. No se le presenta como un profesor sufridor que es finalmente adorado por todos los alumnos. Él es un profesional que trabaja y ama su trabajo. Y que tiene muy clara su función como docente y sobre todo respeta a los niños… y les prepara para la vida.

Truffaut presenta un universo infantil que atrapa. Esos dos hermanos traviesos, esa niña mimada que grita por la ventana con un altavoz que sus padres la han dejado sin comer, ese niño enamorado de la madre de su amigo, ese otro que empieza a ligar con chicas en el cine, el día a día de un niño solitario que vive en una chabola y ya guarda secretos duros… Con delicadeza y sensibilidad presenta la vida cotidiana de varios pequeños. Niños de infancias felices, niños con ausencias importantes en sus vidas, niños que se enfrentan por primera vez a algo parecido al amor, a la muerte, niños que juegan, que hacen travesuras, que aprenden, que recitan, que sufren en silencio…

Los niños atrapan la película, su mundo y universo igual de complejo e importante que el mundo adulto. Los adultos son presencias que dan pinceladas a sus vidas: los maestros, los padres, los vecinos… Y que también les marcan.

Está el niño que busca enamorarse (que trata de llenar la ausencia de la madre y la situación de un padre enfermo que no puede cuidarle), la niña que va a recibir el primer beso, los hermanos que desayunan solos (y no paran de hacer travesuras), el niño de apenas dos años que cae al abismo… y es protagonista de un momento sorprendente, el que realiza los primeros hurtos… Los niños también sobreviven cada día. Algunos son muy felices y se saben queridos. Otros andan heridos… y solos, sin poder defenderse, permanecen en silencio… hasta que alguien descubre las marcas de su piel dura.

En La piel dura la vida fluye. Las anécdotas cotidianas en el colegio, en el cine, en sus hogares o en las colonias construyen una película delicada y hermosa a la vez. Es sencilla, fresca, espontánea… como sus protagonistas. Y sobre todo se nota la mirada de un hombre que los quería, los entendía y los respetaba, Truffaut. Y este habla a través del profesor Richet en un hermoso y largo monólogo donde describe la importancia de que los niños vivan una buena infancia… porque ese es el camino que se extiende para enfrentarse a una vida compleja… Saber endurecerse y enfrentarse a los conflictos… pero a la vez ser sensibles, sentir y vivir.

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10 comentarios en “La piel dura (L’argent de poche, 1976) de François Truffaut

  1. Es muy especial la manera en que Truffaut trata el mundo de la infancia y muy personal, desde ese magistral primer ejemplo de «Los 400 golpes» Creo que Truffaut contaba mucho de sí mismo cada vez que nos hablaba de la infancia. Un maestro. De vuelt apor estos lares ya en septiembre y con las pilas recargadas, Hildy. Abrazos.

  2. Mi querido Marcos, me alegro muchísimo de que ya estés de vuelta y con energía. Qué bueno. Y sí Truffaut nunca olvidó el niño que era… Siempre miró la infancia desde el respeto absoluto que le causaban los niños y su mundo. Para él era injusto que un niño lo pasará mal o experimentara desde tan temprano la soledad de no ser querido.

    Los 400 golpes es muy especial. Impacta esa mirada final de Antoine Doinel a los espectadores…

    ¡Feliz vuelta!

    Un beso
    Hildy

  3. …aunque esa mirada final salió prácticamente de churro…
    Peliculón. Qué puede decirse del gran Truffaut. Pues que el cine lo echa de menos, a él y a sus películas. Cuando a menudo disparo contra la manera de hacer, ver, vivir, comercializar, digerir, recordar el cine de hoy, señalando sus carencias a todos los niveles, devorado por la inmediatez, la publicidad y el carácter alimenticio de su tratamiento como objeto de consumo, pienso en Truffaut, acudo a él como argumento, como reflejo de todo lo que se ha perdido. Por películas como esta, para empezar.
    Besos

  4. Pues me la apunto pero ya… la desconocía (ays, son tantas y tantas las que desconozco, cagontó).

    Coincido con Truffaut en esa visión de la vida y la infancia pero me he llevado más de una mirada asesina por expresarla en voz alta, no creas. Tiempos meapilas estos nuestros: cualquier cosa resulta válida siempre y cuando no muestre la realidad y mucho menos ésta a los niños! como si ellos no pudieran verla y no tuvieran que sufrirla, tiene bemoles.

    Y ya, que me acelero, jajaja.

    Un besote!

  5. El cine de Truffaut hay que verlo más de una vez, porque sus películas se descubren al azar: unas rebajas en el videoclub de la esquina por cierre y encuentras entre la basura un filme de Truffaut y lo compras por un euro. Luego te enteras que en la Filmoteca reponen otra (la que sea) y vas a verla. Luego pones a altas horas de la noche la televisión porque no puedes dormir y descubres por sorpresa que ponen La habitación verde y después del visionado puede dormir mejor aunque el sol ya penetre a través de las ventanas. Luego, una vez vistas sus películas te pones a verlas de nuevo pero por orden cronológico y descubres que toda su filmografía es un largo diario maravilloso de confesiones magníficas.

    Besos con la piel suave.

  6. Querido Alfredo, ¡y eso que aquí los máximos protagonistas son niños!…

    Todavía estoy pendiente de que por fin puedas hablar de ese proyecto (que seguro será maravilloso) donde una pieza importante es Truffaut. Jejeje, no me olvido.

    Lo que es cierto es que viendo sus películas sientes el amor que este director tenía al cine… Te guste más o te guste menos su filmografía se siente su pasión y sensibilidad hacia el cine y hacia la literatura.

    Un beso con orgullo y sensibilidad
    Hildy

  7. Querida Marga, creo que va a gustarte bastante. Yo también pienso que los niños sienten y ven la realidad… y que la dificultad está en cómo mostrarles cómo andar por ella (lo poco o mucho que hayamos aprendido nosotros). Que es bueno saber que la vida es bella pero compleja, dura y difícil… y que el camino de la vida tiene obstáculos y problemas pero que se puede encontrar la forma de superarlos lo mejor posible.

    En fin que tanto en las familias como en los centros educativos hay una tarea nada fácil pero apasionante (… es fundamental la vocación): hacer que los niños vivan una buena infancia que les proporcione las herramientas para ser un buen adulto.

    Y escuchar al final al profesor Richet es emocionante…

    Un beso enorme
    Hildy

  8. Querido, querido Francisco, tienes razón. La filmografía de Truffaut es un diario vital. Sus películas tienen detalles, matices, tonos, alegrias, tristezas, confesiones, secretos, pasiones, odios y amores. Tienen vida.

    Un beso vital y espontáneo
    Hildy

  9. Tomo nota de esta película y a ver si esta semana la puedo ver. Está una cansada de la imagen que se da de los profesores: pardillos, amargados o, en contraposición, súperhombres que son adorados por sus alumnos. La realidad se queda en el término medio. Me gustó mucho la película de «La clase» y otra que creo que se titula «En la casa».
    Saludos.

  10. Querida Akebono, las dos películas que nombras tanto LA CLASE como EN LA CASA, ambas también me encantaron a mí. Creo que te va a interesar mucho La piel dura…, el profesor es un tipo normal y corriente que ama su trabajo y trata de hacerlo lo mejor posible. Y ese monólogo final es para enmarcar…

    Ja,ja,ja, hablando de los profesores adorados por sus alumnos… te confieso mi amor inusitado por el profesor John Keating de El Club de los poetas muertos… Oh, mi capitán, mi capitán. Fue de esas películas que te marcan en el momento de su estreno. Yo tenía más o menos la edad de los protagonistas… y se me quedó grabada.

    Besos
    Hildy

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