¡Qué ruina de función! (Noises off, 1992) de Peter Bogdanovich

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Peter Bogdanovich ama el cine y uno de sus amores es un género: la comedia y si es posible screwball… con unas gotas de slapstick, por favor. Si encima unes cine y teatro…, solo hay una salida: el espectáculo debe continuar. Así surge ¡Qué ruina de función!, película donde el director cinéfilo logra que el espectador llore de la risa y sus carcajadas no puedan reprimirse. Bogdanovich mima sus comedias y bebe de un lenguaje cinematográfico complejo que se fue forjando con los grandes cómicos de cine mudo americano y continuó con el género screwball durante los años treinta y cuarenta…, de esta manera las comedias de Bogdanovich son evoluciones y homenajes al género que ponen de relieve la importancia que tiene un buen director de comedias. No hace más que seguir la premisa que nos descubrió Preston Sturges en Los viajes de Sullivan: lo importante que es dirigir buenas comedias y provocar simplemente la risa. Porque la risa termina siendo terapéutica y relajante cuando realmente surge del alma.

Una buena tarde de comedia la proporciona Bodganovich con tres de sus películas: Qué me pasa doctor, y su capacidad para hacernos reír con un homenaje a La fiera de mi niña de Howard Hawks. ¡Qué ruina de función!, con la premisa del espectáculo debe continuar y con una línea muy fina sobre ficción y realidad: la vida es puro screwball con situaciones slapstick. Y su última comedia, que pasó sin pena ni gloria por las carteleras, Lío en Broadway donde Lubitsch y la magia de Audrey Hepburn comediante convierte la vida en puro vodevil…

En ¡Qué ruina de función!, nunca un plato de sardinas fue capaz de generar tantos momentos cómicos. La maestría de Bogdanovich (que adapta una obra teatral de Michael Frayn) es que a través de la repetición (y su forma de filmar cada momento) logra la carcajada continua y en crescendo. Por supuesto cuenta con un reparto que es capaz de moverse por el escenario y entre bastidores dándolo todo como actores de una obra de teatro y como seres humanos con sus problemas, rencillas, fobias, amores y desamores…

La premisa no puede ser más sencilla, un director de una obra de teatro que se estrena en un teatro de Nueva York está muy nervioso… En la espera de cómo va a reaccionar el público, recuerda las vicisitudes de la compañía durante distintas representaciones de la gira. Son tres veces las que vemos los mismos momentos de la obra que representan en el escenario: durante el ensayo general antes del estreno (donde se nos presenta a todos los personajes), y dos representaciones a cada cuál más delirante donde los líos entre los actores, los asistentes y el director afectan al desarrollo de la actuación en escena. La primera representación es sin público, la segunda transcurre la mayoría entre bastidores y la tercera es el caos en el escenario… En la primera la risa surge de los nervios del estreno, de los fallos y errores que ocurren en el escenario antes de levantar el telón y además sirve para mostrar la psicología de cada personaje y sus relaciones personales. La segunda, entre bastidores, la risa surge de lo físico (slapstick en mucho de sus momentos: cine mudo puro, caídas, golpes…)…, es una locura la obra que representan (aunque logran salvarla más o menos a pesar de los percances e improvisaciones) pero también la propia vida de la compañía. Y en la tercera el caos entra en el escenario y la obra cambia totalmente de sentido, se vuelve más absurda todavía y el humor ya es delirante. Los actores no pueden controlar ya ni la improvisación… y sus rostros son un puro poema cómico.

¡Qué ruina de función! Es una de esas películas en que la conjunción de cine y teatro se convierte en un milagro divertidísimo y donde el juego de realidad y ficción provoca una carcajada continua. Otro de sus placeres es ver a actores que no solo hacen reír por la situación que viven sino porque ellos mismos, con sus cuerpos y rostros, son pura comedia. Es de esas películas corales donde todos tienen su momento y todos tienen que ser nombrados: Michael Caine, Carol Burnett, Denholm Elliott (en el que fue su último papel), Julie Hagerty, Marilu Henner, Mark Linn-Baker, Christopher Reeves (mostrando que fue más que Superman), John Ritter y Nicollette Sheridan.

Si una tarde uno necesita urgentemente reír, es recomendable una ración de ¡Qué ruina de función!

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10 comentarios en “¡Qué ruina de función! (Noises off, 1992) de Peter Bogdanovich

  1. Jo, sí, lo que me he reido con esta película y lo que me sigue divirtiendo. Para una tarde de risas es la mejor! a medida que avanza la trama todo es tan absurdo… película terapia-de-risas, ajá.

    La de Qué me pasa Doctor? la he (re)visto hace muy poco y me gustó tanto como la recordaba (es que leí el libro de entrevistas de Bogdanovich que recomendastéis por aquí hace tiempo y me puse con algunas de sus pelis. Gracias, jiji). La Fiera de mi niña sigue siendo «mi prefe» de entre todas las comedias pero reconozco que como homenaje no está nada mal. (Llegar a la Fiera es imposible, estaban todos tocados por la gracia en esa película; o eso me ha parecido siempre.)

    Por cierto, que no sabía yo del otro homenaje implícito a Bugs Bunny en la de Qué me pasa, Doc?. Y me hizo gracia cuando me lo contaron.

    Ah y la de Lio en Broadway a mí sí me gustó. No sería para tirar cohetes pero me pareció una comedia bastante digna. Sobre todo comparado con muchos otros estrenos que… pues eso, ufff.

    Besos y risas, sí señora!

  2. ¡Benditas risas! Qué bien sientan. Y qué bien lo hace Bogdanovich. Las tres te hacen reír una barbaridad. Y en las tres dominio de un lenguaje cinematográfico con claves de un género, la comedia, y homenajes a una forma de hacer llorar de la risa.

    Sí, siempre recordaré La fiera de mi niña porque fue una peli que una tarde vimos en familia alrededor de la tele y todos nos ahogábamos de la risa… Todo te lo puedo dar menos el amor, baby… ¡Madre mía!, qué genial.
    Qué bueno, querida Marga, no recordaba lo del homenaje a Bugs Bunny… entre otras cosas con Barbra comiendo zanahorias además de sembrar el caos… Y Lío en Broadway bien linda, nostálgica y divertida…

    Risas y besos, sí, claro que sí
    Hildy

  3. Una gozada, mi querida Hildy. Ay, dichosas sardinas… Pero es que además la película tiene un mérito de construcción y montaje tremendo. Las coreografías son complicadísimas, desde luego más que las de cualquier musical reciente (esos que no diseñan números musicales, sino que los montan en postproducción), y la ejecución es perfecta. Las interpretaciones son brillantes, y el ritmo enloquecido se mantiene en todo lo alto hasta el final. Para pasar un rato bueno bueno.

    Besos

  4. Sí, mi querido Alfredo, una auténtica gozada. Y tan, tan, tan divertida. Y, es cierto, su coreografía y ejecución es perfecta. Qué bueno es de vez en cuando pasar un rato bueno y lleno de risas.

    Beso
    Hildy

  5. Es una película estupenda, como tu texto. Esta obra la vi hace unos años representada en un teatro de Barcelona con Alex Casanova y no me gustó mucho, cuando esta obra se escribió como obra de teatro. Yo estaba en el primer piso y de repente Alex Casanova se puso a mi lado dándoles gritos a los actores. Bogdanovich tuvo sus buenos momentos y era muy bueno en la comedia. A mí me gusta mucho ¿Qué me pasa, doctor? Y no hace mucho volví a ver La última sesión. Todavía no he visto su última película Lío en Broadway. ¿La has visto? Si es así, ¿qué te ha parecido? Ay, las comedias locas, La screwball comedy. Hoy no pasa nada en la vida, todo te lo tienes que ir imaginando. Luego te pregunta la chica del súper: “¿De qué te ríes?”. Despiertas con un saquito de patatas en la mano y le respondes: “De nada. De nada”. Y es mentira. Te estabas imaginando una gran historia con un enorme lío donde acabas corriendo por la calle con una bici y la chica del súper subida en el manillar con la falda subida al ombligo y un grupo de matones detrás de nosotros…

    Besos

  6. Sí, querido Francisco, vi la última comedia de Bogdanovich y tiene momentos realmente divertidos, es muy tierna y hace un bonito homenaje a Lubitsch. Es una comedia de enredos pura y dura.
    … jjajajaja, mi querido Francisco, ¿no crees que la vida sí que depara a veces momentos realmente locos, absurdos y que terminan provocando la risa… incluso en momentos realmente tensos?
    Yo nunca he visto la obra de Michael Frayn y no sé realmente cómo funciona en el escenario. Como explicas la que tú presenciaste no te gustó mucho. Pero ¡qué bien funciona todo en la película de Bogdanovich! Qué divertida es, qué bien está contada y qué divertidos todo el elenco.

    Beso
    Hildy

  7. Uy, creo que la vi hace mucho, mucho, MUCHO tiempo por la tele, pero no recuerdo nada… Tengo que volver a ella. Me encantan las pelis de «detrás de escena» ya sea del cine o del teatro y me interesa mucho Bogdanovich. Y además tengo un rinconcito especial para Christopher Reeves a quien adoro en «Pídele al tiempo que vuelvas» (la película más romántica de la historia en mi opinión); así que tengo tres motivos para buscar esta.-
    Un beso grande, Bet.-

  8. ¡Mi querida Bet, te va a encantar recordarla de nuevo! Y es tan divertida. Y Reeves ¡tan gracioso, tan tierno, tan lindo! ¡Sigo detrás de esa película de Reeves desde que me lo dijiste! ¡Tuve el dvd en la mano pero un día en que no podía comprármeloooo, ay qué rabia! Qué ruina de función es una comedia graciosa, graciosa de Bogdanovich que muestra su dominio…

    Beso
    Hildy

  9. Y, no sé si os pasará a los demás, pero yo cada vez que la veo, además de pasármelo en grande, verles tanto correr y moverse, acabo agotado…

    Más besos

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