Lo importante es amar (L’important c’est d’aimer, 1975) de Andrzej Zulawski

Uff, película desaforada, extrema, barroca, bordeando el melodrama surrealista donde sus personajes sufren sin que la mayoría de las veces entendamos muy bien el porqué. Todos al borde del abismo y el sufrimiento en los ambientes más sórdidos con escenas de un realismo sucio y exagerado rozando el ridículo todo envuelto en los hermosos y desoladores ojos de Romy Schneider y con una banda sonora trágica y hermosa de Georges Delerue. Por eso quizá es una película que se sale de lo habitual y me sorprende que en su estreno fuera todo un éxito de público y crítica. Lo importante es amar es tan delirante, afectada y exagerada, con tanto acierto y desacierto, que se convierte en espectáculo especial y complejo.

No sabemos el pasado de los personajes protagonistas ni intuimos el futuro. Vivimos con ellos su presente desgarrado y su caída continúa al fondo del abismo. A todos ellos les rodean personajes extremos (como ese Klaus Kinski totalmente disparado y extremo) y situaciones extremas. Lo sórdido lo inunda todo cuando sólo quiere contar una historia de amor, un triángulo de dos hombres y una mujer que se destruyen y sufren en cada fotograma. Ante la caída por un tobogán sin fondo, lo importante es amar. Pero a qué precio.

Lo importante es amar no me parece una película fácil. Cuando empecé a verla, empecé a detestarla pero decidí seguir delante de la pantalla y de pronto me vi imbuida en el delirio del director polaco Zulawski y ante tanta sordidez encontrar cierta belleza en la desmesura. Ha sido una extraña experiencia. A veces quería reírme de lo exagerado de las escenas, de esos diálogos barrocos, de esas interpretaciones histriónicas y desgarradas y de pronto sentía pena y angustia ante la tristeza y el dolor de una mujer llamada Nadine, ante el sufrimiento siempre cubierto con una sonrisa de un Jacques Dutronc que no entendemos muy bien —aunque en un momento se intuya su impotencia— su desgracia y huída y asistimos perplejos ante ese fotógrafo (un Fabio Testi cercano a la masculinidad que exudaba ya en El jardín de los Finzi Contini) que se ve atrapado por la mirada de una mujer hasta tal punto de perder totalmente las riendas de su vida ya de por si bastante deprimente.

El fotógrafo que trabaja para una especie de anciano mafioso que organiza sesiones fotográficas de orgías, sadomasoquismo y todo lo más oscuro que se pueda imaginar…, el marido que continuamente coleccione antiguas fotografías de artistas de cine, la actriz hundida y deprimida que trabaja en ínfimas películas de terror y del porno para sobrevivir…, el choque y encuentro entre estos tres personajes y aquellos seres desesperados que les acompañan construyen una historia y una atmósfera de dolor y desgarro sin importar extremos y ridículos.

Una atmósfera agobiante y desgarradora donde hay sangre, peleas, muertes, sexo, suicidio… y cadáveres. Pero donde también cabe el rodaje de una película de bajo presupuesto, los ensayos de una obra de teatro, la representación de un Ricardo III abocado al fracaso, una sesión fotográfica de un rostro y cuerpo de mujer, un estudio de revelado que es también un hogar…, y finalmente una historia de amor, dolor y desgarro que ni los mismo personajes entienden.

¿Me ha gustado? Me he sentido finalmente hundida en el delirio de sus imágenes…

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

4 comentarios en “Lo importante es amar (L’important c’est d’aimer, 1975) de Andrzej Zulawski

  1. Una película complejísima, rara, extraña, delirante pero a la vez llena de pureza y belleza donde la interpretación de Romy Schneider inunda cada fotograma despojando cualquier atisbo de ridiculez para imbuir a la película de un halo trágico y a la vez hermoso.
    Una película única en su especie, singular y muy particular, donde la poética se da la mano con lo sórdido para envolverlo en una rarísima atmósfera -ayudada por una música (y qué música) de Georges Delerue bellísima, que sublima el sentimiento amoroso de los protagonistas con el infierno en el que se hallan consiguiendo una de las bandas sonoras más hermosas que servidora ha escuchado.

    Saludos.

  2. ¡Para mí fue una experiencia extraña enfrentarme a esta película, Isis! Me pareció compleja, extraña y delirante pero a la vez no podía dejar de verla. Sí, es cierto, sientes toda la vulnerabilidad y belleza de Romy Schneider (sientes toda su tristeza e impotencia) y su banda sonora envuelve cada momento.
    Besos
    Hildy

  3. Esta película marcó mi vida en un momento fundamental. Explora lo más íntimo de la bajeza y de la fragilidad humana y al final se impone ese sentimiento fundamental que es el amor, para liberar a los dos protagonistas de la cadena de la necesidad, que los ha atado al mundo oscuro de la perversión, que es y ha sido, desde siempre (Sodoma y Gomorra es un relato que da cuenta de ello), un hecho real y cotidian. Basta con mirar hoy por hoy como el porno invade las vidas cada vez desde más temprana edad. Recuerdo que por ese entonces una conocida cercana estaba viviendo en su familia el drama de una hermana de 17 años, estudiante de un prestigioso colegio pública, que era una de las decenas de jovencitas que participaba de las orgías que organizaba uno de los dueños de una gran empresa de la ciudad.PARA MI UNA OBRA MAESTRA, obligada para verla con los jóvenes, sólo el amor al final nos salva y es capaz de trascender las culpas.

  4. Gracias, Victor Manuel, por pasarte por el blog y dejar tu comentario y visión sobre Lo importante es amar. A mí me parece una película compleja, extraña y delirante. No es fácil acceder a los títulos de Zulawski. Yo solo he visto Lo importante es amar y La posesión. Y tengo interés por ver La tercera parte de la noche.

    Hildy

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